Emociones que un niño, niña o adolesecnte pueden experimentar en el abuso sexual infantil

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El abuso sexual atenta y pone en riesgo el desarrollo normal de la personalidad de niñas, niños y adolescentes, así como la comprensión sobre su propio cuerpo y sus sentimientos. Con el abuso sexual, todos los ámbitos de la vida de quienes agredido pueden llegar a afectarse.  
 
La Comisión Nacional de Derechos Humanos en su Protocolo para la Atención y prevención de la violencia sexual en las escuelas menciona que durante los episodios de abuso sexual se pueden experimentar un cúmulo de emociones que dificultan la resistencia hacia estas agresiones o la posibilidad de solicitar ayuda a otras personas; enseguida te compartimos algunos ejemplos:  

  • Culpa.  
    El agresor envía mensajes para que niñas, niños y adolescentes se sientan culpables por la agresión sexual. Si éste se descubre, se sentirán culpables por las repercusiones que se causen, por ejemplo: la separación familiar o la sanción legal al abusador(a).  
  • Vergüenza.  
    Experimentan la sensación de que su intimidad es violentada, comienzan a pensar que están dañados o “marcados”, de que todos(as) lo saben, hay una alteración profunda de la autoestima.  
  • Traición y desconfianza.  
    Por parte del agresor(a) sexual o de quienes fracasan en proteger. Las personas en las que confía le fallaron y puede crecer desconfiando de todos(as) y por todo. Si la niña, niño o adolescente denuncia o se descubre el abuso sexual y los familiares no les creen o apoyan, aumenta el sentimiento de traición. 
  • Disonancia cognitiva.  
    Niñas, niños y adolescentes no tienen el desarrollo cognitivo como para decodificar los hechos, les es difícil comprender por qué el abusador(a) les dice que lo que hacen está bien pero que no le digan a nadie. 
  •  Confusión.  
    Los mensajes que reciben los niños o las niñas son contradictorios y confusos: de la misma persona reciben la agresión y el afecto. Pueden experimentar sentimientos simultáneos como amor-odio. 
  • Miedo y vigilancia constante. 
    Esperando que se presente de nuevo la situación de abuso.  
  • Pacto de lealtad y de protección mutua con el abusador(a).  
    El agredido(a) está indeciso y tiene miedo a romper el silencio sobre el abuso, realiza un sacrificio personal para mantener la unidad familiar. 
  • Puesta en marcha de mecanismos de defensa para sobrevivir.  
    Negación, retractación, evasión de los hechos. 

 

Es importante saber que el abuso sexual siempre tiene efectos, los cuales varían según su la edad, el grado de desarrollo cognitivo y emocional, el daño físico producido, los factores resilientes, el contexto cultural en que viven, el tipo de vínculo con el perpetrador, el lapso de duración y el tipo de abuso, la utilización de amenazas o manipulación, la detección temprana, la reacción y actuación de la persona que detecta o recibe la revelación espontánea de los hechos por parte de niñas, niños o adolescentes y el tratamiento proporcionado a las víctimas.  
 
Es importante mencionar que el sexo y edad del agresor(a) o los medios utilizados no hacen diferencia alguna en las consecuencias que sufren niños, niñas o adolescentes. 

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